Si fuera posible definir su figura con una
sola palabra, esta reclama otorgarle el título de Maestro, debido a su alta actividad
docente donde encontramos un mensaje cargado de una alta concepción humanística
que trasciende el entendimiento que hasta ahora hemos otorgado al concepto
humanismo. Dentro de su texto El
Mecanismo de la Vida Consciente escribió:
La Logosofía da a conocer el humanismo
en su contenido esencial […] comienza este nuevo humanismo por exaltar en el
ser la parte humana de Dios, la chispa divina, latente en él hasta el
advenimiento del hombre a su mundo interno, hecho que le lleva a alcanzar la
plenitud de su perfeccionamiento, psíquico, moral y espiritual. […] Tenemos, en
suma, que humanismo es, para la Logosofía, el ser racional y consciente
realizando en sí mismo las excelencias de su condición de humano y de su
contenido espiritual sobre la base de una incesante superación.[2]
Como se puede observar, la labor hecha por
Carlos Bernardo González Pecotche radica en la lucha contra la ignorancia y la
apatía que ha llevado a la humanidad al olvido de su propio mundo interno,
descuidando sus altas capacidades creadoras y sumergiéndose en una vida gris y
sin sentido; es por ello que se dio a la tarea de elaborar la Ciencia
Logosófica, con el propósito de instruir al hombre en lo más rico que posee: su
misma humanidad. Por ello, reiteramos en el gusto de otorgarle el título de
Maestro, pues ha sido en muchos aspectos ejemplo, no sólo en el tema de
conocimientos sino también de vida.
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