4 mar 2013

¿Qué es la Atención?

Sobre la Atención

Por: Yandí Luzardo 


La cultura actual ha volcado tanto al hombre hacia afuera, que resultan muy pocos los momentos conquistados para observar lo sucedido en el mundo interno, en lo que se piensa, se siente y se hace. 


Las preocupaciones de diverso orden entre las que raramente faltan las de índole económico, contribuyen a lo que podríamos llamar, una ausencia, un alejamiento de lo que debe constituir el centro de la vida, o sea del propio ser que anima la existencia. 

Tal vez por ello sea que al final de la vida, queden tan pocas páginas escritas en ese libro individual en el que cada uno va estampando lo que realiza, lo que aprende, lo que enseña, en una palabra, lo que vive y merezca por su valor ser recordado. 

De manera entonces que la desatención y la distracción, como ya ha sido señalado por el autor de la Logosofía, se convierten en formidables obstáculos, para experimentar la sensación de vivir, de extraer de cada día el máximo de provecho grabando en la propia conciencia episodios  realizaciones, que a la postre, son las que enriquecen y dignifican la vida, labrando ante sí mismos y ante los demás un mejor concepto. 

Pero para que la vida se dinamice y los días no sigan siendo una repetición incesante de hechos y aconteceres inmersos en una gris e intrascendente monotonía, es preciso fijarse antes y de una manera clara, producto de profundas reflexiones, objetivos de una mayor trascendencia que las metas corrientes, como puede ser el de alcanzar la Sabiduría a través de un esfuerzo constante de superación de todo lo perfectible en cada uno, que tendrá como requisito esencial, capacitarnos para hacer el bien a nosotros y todo cuanto nos rodea. 

Cuando abrazamos en la vida un ideal de esa naturaleza, todo comienza a cambiar a nuestro alrededor y la mente ocupada en menesteres de índole superior se dinamiza, dinamizando la vida entera. Ya no estaremos permanentemente distraídos por preocupaciones o pasatiempos, o por esa ausencia de nosotros mismos que hace que pasen los días, los meses y los años sin escribir páginas de valor en el simbólico libro anteriormente aludido, sino que cada mañana al despertar, agradeciéndole al Creador la oportunidad de vivir un día más, nos esforzaremos por vivir intensamente, realizando algo de valor, para que al terminar éste percibamos con gran alegría que hemos escrito algo en ese libro, que al releerlo en el futuro nos dará la satisfacción del deber cumplido y de haber aprovechado esa gran oportunidad que es la vida misma. 

La atención a todo lo que pasa dentro y fuera nuestro será entonces requisito indispensable para que nada quede ajeno a la propia conciencia, pudiendo de esa manera combatir la inercia mental y estados de ánimo que conducen al desgano, al abandono y al no hacer nada, que es ausencia de vida. 

Estar atentos sería la consigna,para mejorar nuestra conducta, corrigiendo todo aquello que la desmerezca y también para infundir a la vida nueva vida, inyectándola del entusiasmo que surge de llevar a cabo nuevos y valiosos proyectos, de ese entusiasmo que se va incrementando en la medida que advertimos un avance en los mismos, atentos a la belleza que nos rodea,en cada partícula de la Naturaleza, obra magna de Dios y también a los ejemplos de bondad en nuestros semejantes, que serán estímulos de gran valor para emularlos y experimentar la dicha de percibir y hacer el bien en sus múltiples manifestaciones. 

De esa forma habremos ido registrando en el libro de la vida, pasajes plenos de encanto y de valor que atesorados en el sentir, conservaremos como presente de gratitud a Quién nos infundiera el soplo vital que anima nuestra existencia. 

"La atención es conciencia actuando" 

Carlos B. González Pecotche .


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