28 ene 2013

La Crítica

Sobre la Crítica

Por: Yandí Luzardo



Vivimos en una época en la que los seres humanos se sienten con el potestad de emitir juicios terminantes y de juzgar públicamente a estadistas y todos aquellos que de una u otra forma destacan en el concierto internacional. 


Si Dios nos heredó la facultad de juzgar,que es una de las que conforman nuestro engranaje psicológico,es naturalmente para que la utilicemos ante todo aquello que nos inquiete o interese. 

Mantenernos ajenos o pasivos ante todo lo que pase a nuestro alrededor es de alguna forma un signo de irresponsabilidad o indiferencia en el mejor de los casos;pero existen claras normas éticas que determinan el cómo y el cuando se deben emitir opiniones o juicios. 


Generalmente somos muy estrictos cuando juzgamos a los demás y muy benignos cuando se trata de la propia actuación.Esta es una característica muy común,enseñada por el autor de la Logosofía,para la cual legó al género humano un axioma que nos ayudará al recordarlo, mantenernos a resguardo de dicha actitud.Ese axioma dice:"Que los errores de tu hermano sirvan para corregir los tuyos".No pocas veces al tenerlo presente nos ha ayudado a volvernos automáticamente benignos en nuestros juicios,ya que la observación enfocada a nuestro interior percibió que en nosotros mismos había lo que rigurosamente sancionábamos en los demás. 


Por otra parte,para no caer en la malediciencia, es preciso siempre tener presente que la crítica debe ser constructiva,buscando siempre el bien común y procurando que las correcciones,cuando las hubieren deben hacerse en privado,nunca en público,porque con ello lo que se busca es empequeñecer ante los demás al que es objeto de la crítica,lo que no es ético. 

Por otra parte,el camino más directo para lograr la concordia y la armonía entre los seres es buscar siempre la parte buena,lo positivo que todo ser humano tiene,porque con ello estaremos estimulando a que se manifieste y fortalezca esa parte buena generadora al fin de cuentas de la propia felicidad y de la ajena. 


La crítica,por último,es preciso despojarla de todo aquello que la empequeñezca,que la torne pobre o tendenciosa,para lo cual resulta de gran provecho ponernos en el lugar del criticado,buscando en nuestro acervo los elementos que supuestamente le faltan,para que entonces en la emisión del juicio,no solamente se enfatice el error,sino que también se aporten las soluciones al problema o situación que se tiene por delante. 

Y para terminar recordaremos tres enseñanzas de Carlos. B González Pecotche ,que tantas veces nos han sido de utilidad antes de emitir un juicio de un semejante y que dicen así: 

"Jamás se arrepentirá nadie de hablar bien de su prójimo.". 

"No pienses ni digas de los demás aquellos que no quieres se piense o se diga de ti.", y por último ,"El silencio oportuno es la palabra de la mente divina.Ella nunca te hará pecar."

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